En el ámbito empresarial, los informes de auditoría ponen de manifiesto la necesidad de que las organizaciones tengan bien establecidos los planes de continuidad, y sistemas para gestionarlos, así como los controles internos para poder anticiparse y responder a una situación de crisis.

Para ser operativa y contribuir a nuestros fines, la auditoría interna debe tener una visión de futuro, ser proactiva e innovadora y continuar manteniéndose lo más cerca posible de la organización para poner en valor tanto sus riesgos como sus necesidades, lo cual implica cada vez más no solo consideraciones operacionales, sino también riesgos estratégicos y factores del entorno externo que actúan sobre la organización.

En este sentido, aquellas organizaciones con más visión de futuro han de utilizar la transformación digital, tanto para acelerar su reorganización, funcionamiento, competitividad y crecimiento como para crear una resistencia.

Otro aspecto importante y prioritario para las organizaciones es el sistema educativo y de formación continua que ha tenido que migrar para poder continuar trabajando a distancia mediante el uso de plataformas seguras.

Para establecer los correspondientes planes, adecuados a cada sector, actividad, ámbito o dimensión, a continuación relacionamos, entre otras, algunas recomendaciones básicas.

  1. Identificar las actividades esenciales de la entidad, cuya interrupción puede causar impacto o pérdidas significativas
  2. Medir el impacto y consecuencias sobre la actividad de la entidad.
  3. Identificar los suministros y proveedores críticos que deben estar operativos para la continuidad de la actividad en todas y cada una de las circunstancias.
  4. Asegurar la relación con clientes con transparencia e indicando las limitaciones provocadas por la contingencia.
  5. Identificar el mínimo el personal crítico necesario para mantener la continuidad de la actividad y los compromisos adquiridos.
  6. Monitorizar el impacto de forma permanente para disponer los recursos necesarios para garantizar la resiliencia de la actividad.
  7. Activar el gabinete de crisis para el adecuado seguimiento permanente de las afectaciones por la contingencia o interrupción de la actividad.
  8. Aplicar el necesario plan alternativo de contingencia y continuidad para minimizar las consecuencias de la materialización del riesgo.
  9. Gestionar adecuadamente la comunicación interna y externa correspondiente a la afectación y consecuencias de la actividad.
  10. Analizar y evaluar las consecuencias de la contingencia acaecida para modificar o actualizar el correspondiente plan de seguridad que minimice el impacto y consecuencias en potenciales casos similares futuros.

La Continuidad de Negocio requiere de la creación de medidas necesarias para garantizar la supervivencia del negocio considerando el momento en que las amenazas se materialicen.